Pitigüita & more: EL MALAÍN

¿Qué tal?
En esta ocasión os voy a hablar de un lugar muy especial.
La finca El malaín. La conocí gracias a un post de Y un poco de diseño, ¡gracias por el descubrimiento Isa!

Es una finca que se dedica al cultivo de pequeños frutos como moras, frambuesas, arándanos...
Al llegar, Pablo y Marta, (los dos son encantadores) te explican el sistema (y todo lo que preguntes) . El sistema es sencillo y estupendo, te dan una caja de frutas, con pequeños envases, y eres tú mismo el que te adentras por la finca y vas recogiendo lo que más te guste, te apetezca y quieras, ¿no es genial?
Al salir, pagas por cada envase que hayas llenado.

Llevan más de 15 años, qué pena no haberlos conocido hasta ahora...
Depende de la época, habrá unos frutos u otros.
El Malaín, es un sitio en el que disfrutar de la naturaleza, el poder coger tú tu propia fruta, probarla, sin prisas, a tu ritmo, buscando, apreciando...No tiene precio, para mí es un regalo que te hacen, es mucho más lo que te llevas que lo que pagas (que por cierto es super asequible). Se aprecia el esfuerzo y trabajo que requiere un sitio así.

Mi marido y yo tuvimos los dos la misma sensación (sensación que después supe que tiene mucha de la gente que va) y fue EVASIÓN, relajación. Te evades, sin saber cómo, vas buscando, escogiendo, tranquilamente, y te olvidas de todo.
La pitigüita igual, iba escogiendo, ¡tan feliz! aprendió rapidísimo las que podía y no podía coger, con suma delicadeza cogía el fruto, sin miedos, disfrutando.

Como dicen en su página y no puedo estar más de acuerdo: Es una terapia para los sentidos, un lugar donde la felicidad se come (me requeteencanta esta frase).
Para los que de pequeños íbais a moras, como yo, os traerá muchos recuerdos y los que no, gracias a El Malaín, los tendréis.

No he mencionado los helados artesanos... ¡qué cosa más buena, por favor! hay gente que va a la finca sólo por un helado, y no me extraña nada, merecen mucho la pena.

Tienen también todo tipo de mermeladas caseras, zumos y hasta tomates. Cogí unos cuantos, y no podía saber más buenos, a TOMATE con mayúsculas, de los que cuesta mucho encontrar hoy en día.

Cuentan con una casita en un árbol, una cuerda para tirarse a lo "indiana jones" y unas porterías, que acabarán de hacer las delicias de los más pequeños...

Hasta Dumbo se lo pasó fenomenal :-)

Así que si venís por Asturias alguna vez, vivís aquí y no lo conocíais, visita obligada, no os arrepentiréis, pasaréis un rato fantástico, eso sí, como bien dicen...